A veces podemos maravillarnos de la gran cantidad de productos, utensilios, artículos y tratamientos que nos ofrece el tiempo de la modernidad, cuando hablamos de la más pura tecnología cosmética, para conseguir los mejores resultados en cuanto al cuidado de nuestra piel. El problema en este punto reside en las confusiones que esto causa, ya que hay ocasiones en las que dichos elementos se parecen tanto entre sí que perdemos la noción de su utilidad.
Este asunto solo se puede solucionar de una manera, conociendo cada uno de los artículos en cuestión, estudiando sus propiedades y probando así la efectividad de estos, para conseguir combinar los mejores en una rutina de belleza eficaz y sencilla. Esta última característica debe ser muy importante, pues nada hacemos si solo coleccionamos productos maravillosos que, por sus cualidades, tiempo de aplicación y de acción, nos tomarían horas utilizar uno detrás del otro.
Esta sencillez puede encontrarse en dos elementos increíbles, el tónico facial y el agua micelar, tan parecidos en textura, densidad y forma, que la confusión nos lleva a creer que sus funciones son similares, si es que no las mismas. Este es uno de los muchos ejemplos de los errores que, por falta de experiencia, podemos cometer, por lo que necesitamos aprender a diferenciar estos dos productos, su función y sus usos durante las rutinas de cuidado del cutis.
Dada la facilidad de su preparación, puedes aprender a elaborar un desmaquillante casero leyendo Cómo hacer una gua micelar casera
¿Qué es tónico facial?
A pesar de la importancia del uso de este producto para la salud de la piel, actualmente se considera uno de los menos populares y hasta olvidados, ya que muchas personas no suelen emplearlo durante sus rutinas de belleza y cuidado, por el simple hecho de que piensan que se le puede sustituir o incluso ignorar, por la incorrecta suposición de que todos sus beneficios se pueden encontrar, de manera dispersa, entre el resto de los artículos que utilizan.
Sin embargo, el tónico facial cumple una función específica, parecida a la del sérum pero de manera un poco más superficial, al momento de entrar en contacto con la piel y prepararla, mientras deja que sus activos ejerzan el papel para el que fueron diseñados. Lo más importante de esta sustancia es que posee una gran cantidad de componentes distintos, lo que causa que otorgue muchos beneficios diferentes en su aplicación.
Se trata de una loción sintetizado, diseñada para ser utilizada justo después de la limpieza de cutis, que se puede realizar con agua y jabón neutro, leches limpiadoras, agua micelar o cualquier otro artículo de preferencia, efectivo para este fin. En los casos en los que se utiliza un exfoliante, este debe realizarse también antes de la aplicación del tónico, para que ambos cumplan su función de manera ideal y den a nuestro rostro los resultados deseados.
Su composición permite que sea absorbido por la piel de forma casi inmediata, para balancear y equilibrar los niveles de PH de este órgano, reestableciendo su estado normal sin importar el tipo de artículo que utilicemos antes o después para elaborar la rutina de belleza. Esto permite que dicha loción prepare la piel, luego de limpiarla y exfoliarla, para que de este modo pueda aprovechar al máximo las propiedades de las cremas especializadas.
Aun así, lo interesante del tónico es que no solo regula el PH, sino que su fórmula es mucho más compleja, gracias a la baja densidad de los ingredientes y componentes con la que se fabrica, lo que permite añadir propiedades a su composición. Por ello, este líquido es capaz de hidratar, refrescar y tonificar la piel, revitalizando y rejuveneciendo los tejidos a nivel celular, gracias a sus diversas acciones astringentes, antioxidantes y estimulantes.
Mientras actúa de esta manera en capas profundas del tejido, ayuda a descongestionar y cerrar los poros, lo que contribuye en la preparación de la superficie para recibir los tratamientos posteriores, que serán absorbidos de manera más efectiva. Esto ayuda también a aumentar el flujo y riego sanguíneo entre las capas dérmicas, lo que aporta una mayor tonificación de estas.
Por último, cabe destacar que aquellas personas que lo utilizan, describen esta sustancia como una experiencia multisensorial, que beneficia no solo a la piel, sino a todos los sentidos, valga la redundancia, gracias a sus fragancias suaves y dulces, la textura liviana del líquido, la sensación de frescura que deja a su paso, la velocidad con la que es absorbida por los poros y por supuesto, la sensación estimulante de sentir el rostro limpio, fresco, humectado y relajado.
Lo que no debemos olvidar, es que a diferencia de los productos limpiadores, esta sustancia no va a retirar impurezas, eliminar agentes externos ni desinfectar el tejido, sino que tiene una función estimulante, hidratante y de aporte de beneficios de manera interna. Es por estas razones que muchos omiten su uso, ya que suponen que la efectividad de las cremas más prestigiosas siempre será dada en su máxima expresión, sin la necesidad de un elemento que estimule y apoye la dermis para recibir los beneficios de estas.
¿Qué es agua micelar?
A diferencia de nuestro artículo anterior, este líquido es mucho más nuevo en cuando a su diseño y salida al mercado, ya que fue lanzado en la década de los 90 por una empresa cosmética francesa, mientras que el tónico lleva mucho más tiempo cuidando nuestra piel. Aun así, otra de las diferencias es la cada vez más creciente popularidad del agua micelar, que poco a poco va sustituyendo a toda clase de productos pensados para el mismo fin.
Se trata de un limpiador facial de lo más completo, cuya complejidad de propiedades y beneficios va en contraparte de forma esplendida con la sencillez de su composición y la simpleza en la que los ingredientes que lo conforman, muy pocos en cantidad, armonizan entre sí, se atraen y complementan para dar forma a una sustancia que, aunque se ha diseñado para limpiar el rostro, posee muchas otras cualidades.
Dado ya que existían una gran cantidad de exfoliantes y productos de limpieza para eliminar suciedad e impurezas, así como aquellos que simplemente de utilizaban para regular la sensación aceitosa de la superficie de las pieles tipo grasas, nos encontramos con el problema del maquillaje. No hablamos de su uso ni de la formulación, sino por el contrario, de un método para retirarlo de manera efectiva y fácil, que no tome más que un par de minutos tras el ajetreo del día.
Aquí es donde entra en escena el agua micelar, un potente desmaquillante cuya fórmula se basa en las micelas, unas pequeñas moléculas de dos polos, que son a su vez del tipo de los tensioactivos, o sea, que su solubilidad al agua les permite residir en la superficie del líquido, donde se mantienen gracias a uno de los polos. Es gracias a estas pequeñas moléculas que el producto recibe el nombre por el que se conoce.
Su función en sencilla, aunque un poco complicada de describir debido a las nociones químicas con las que fueron diseñadas; la cara contraria a los polos hidrófilos, adheridos al agua gracias a sus características tensioactivas, se conoce como polos lipófilos, capaces de atraer, absorber y adherir cualquier tipo de elemento externo que se encuentre sobre la piel, sujetándolo y retirándolo con una facilidad que parece asombrosa.
De esta forma, no hablamos de un producto que simplemente disuelva el maquillaje y lo arrastre al frotarlo sobre el cutis, sino que lo remueve de manera profunda, retirándolo de la piel sin esfuerzo alguno y en totalidad, por lo que tras su aplicación, no quedará ningún rastro incluso si frotamos una servilleta sobre la superficie de la piel. Es por ello que, gracias a su función única y exclusiva, el agua micelar es tan eficaz y popular.
Por supuesto, la profundidad con la que más que solo limpiar, remueve por completo el maquillaje, se cumple para cualquier tipo de elemento que se encuentre sobre el tejido, como polvo, grasa, contaminación y cualquier otro residuo. El pasar sobre la piel, bajo una ligera presión, el líquido de baja densidad penetra además muy profundo en los poros, por lo que a su vez elimina cualquier tipo de obstrucción superficial.
En este punto, quizá no es tan efectivo como una buena crema de efecto exfoliante, o un tratamiento más sofisticado con dicha función, la gran diferencia es que, al contrario de estos, que no se pueden realizar de manera seguida para evitar daños en el tejido, el agua micelar se puede utilizar siempre que sea necesario, incluso varias veces al día, ya sea para mantener el rostro limpio bajo cualquier situación, refrescarlo o eliminar el maquillaje, de forma parcial o total.
Dicha parcialidad se puede dar en uno de los usos más comunes de este líquido, ya que se trata de un elemento tan suave, que gran cantidad de especialistas lo utilizan para retoques y cambios mínimos en el maquillaje, con la experiencia y pericia necesaria. Por ejemplo, la remoción sólo del lápiz labial para luego aplicar otro, la reducción de las marcas del delineador o la nivelación del contorno de ojos, entre muchos otros casos.
Lo más interesante es que, al igual que otros productos de acción rápida y baja densidad molecular, al estar constituido básicamente por agua, se puede ver otros ingredientes en las presentaciones de esta sustancia, con propiedades hidratantes, revitalizantes, regenerativas, estimulantes, antioxidantes y, de manera más común las nutritivas, con vitaminas y ácidos esenciales capaces de nutrir el tejido a través de la absorción por medio de los poros.
Considerado uno de los mejores desmaquillantes, este producto está revolucionando la cosmética. Conócelo leyendo Qué es y para qué sirve el agua micelar
Sus distintos usos durante la rutina
Como pudimos notar al prestar atención a la descripción de cada producto, son muchas las diferencias que podemos encontrar entre ellos, siendo la más importante su función básica, por lo que no debemos ahora confundirlos. Sin embargo, aquí debemos tener en cuenta que el agua micelar es un producto mucho más moderno y especializado, al que los especialistas están incorporando tonificantes cutáneos cada vez más eficaces, por lo que no debe sorprendernos que poco a poco sean capaces de reemplazar al tónico.
Esto no quiere decir que vaya a tener tan solo los mismos efectos que este último, sino que nos encontramos con un limpiador y desmaquillante que además tonifica la piel, hidrata, libera y cierra los poros mientras refresca el tejido. Es como lo llaman algunos especialistas, un potente todo en uno. Aun así esto tiene su pequeña desventaja, ya que al buscar abarcarlo todo, es posible que la eficacia en esos puntos que no son su función básica no superen a los de productos más específicos.
Es por esto que, aunque el uso del agua micelar al comienzo de la rutina, para eliminar el maquillaje, las impurezas, la suciedad y la contaminación, así como cualquier residuo que se alije en la piel durante el día, sea capaz también de tonificar y refrescar, no trata la piel de la forma en que lo hace un buen tónico facial, para así dejarla preparada para la entrada posterior de las cremas hidratantes y luego cualquier otra de nuestra preferencia.
Por ello, la recomendación de los expertos siempre será utilizar primero el agua micelar, limpiar a profundidad y remover cualquier elemento o residuo, para luego realizar una terapia de exfoliación, al menos una vez a la semana. Tras esta última, o luego de la limpieza en los días que no realicemos la exfoliación, pasamos el protagonismo al tónico facial, aplicándolo de igual forma y dejando que sea absorbido por la piel, para obtener así todos los beneficios de este.
Otros productos con funciones similares
Ya que existe esta confusión común con los artículos anteriores, es muy probable que encontremos el mismo problema entre otros que, a pesar de tener mayores diferencias en su textura y apariencia, tienen finalidades y aplicaciones tan parecidas, que se pueden confundir igualmente, no solo entre ellos sino también con el agua micelar y el tónico facial. Para solucionar esto y no repetir dicho inconveniente, hablemos un poco sobre ellos.
Leche limpiadora
Muy parecido al agua micelar, este tipo de productos cumple la misma función de remover el maquillaje, sobre todo en el caso de quienes poseen una piel de tipo grasa, ya que no posee propiedades humectantes tan potentes. De igual forma, está diseñada para que no se absorba de forma tan constante, por lo que suele requerir un aclarado o una remoción posterior por medio de agua limpia y jabón, en especial si se utilizarán otros productos luego.
Como este, existen una gran variedad de artículos desmaquillantes, que hacen lo mismo que este y el líquido a base de micelas, pero a través de otros procesos muy distintos, como los disolventes especiales para el maquillaje en polvo y los removedores de pintura facial. La gran diferencia, aparte de la necesidad del aclarado, es que muchos de ellos no incluyen ingredientes con propiedades nutritivas para el tejido, aunque por esta misma razón suelen ser más baratos.
Sérum
Si hablamos de un producto con diferentes propiedades que hidrate la piel, tonifique, ayude a retrasar la aparición de imperfecciones y sea ideal para mantener la salud y actividad celular del tejido, al igual que el tónico, seguro que todos pensaremos en el sérum. La diferencia entre estos es que el último, al poseer una menor densidad y mayor concentración, está diseñado para actuar en capas mucho más profundas, por debajo de la hipodermis que retiene el líquido y las grasas cutáneas.
Cremas tonificantes
Al pensar en la tonificación del tejido, no todos los productos del mercado requieren de una presentación líquida, ligera y concentrada, ya que también existen las cremas con la misma finalidad. Estas suelen poseer diferentes texturas, aunque las más comunes son bastante espesas, ya que su acción requiere de una permanencia mayor sobre el tejido, para que este las absorba lentamente y así aproveche todos y cada uno de los componentes activos incorporados.
Cremas hidratantes y emolientes
Primero que nada, para hablar de los emolientes, debemos resolver una ambigüedad existente con dicha palabra, ya que se puede referir a los elementos hidratantes más potentes del mercado, utilizados más bien como ingredientes de diferentes productos que de manera independiente, o también al medicamento utilizado para tratar irritaciones cutáneas producidas, por ejemplo, por la dermatitis. Por supuesto, si tratamos un tema cosmético, nos referiremos a la primera definición.
Debido a la concentración de estos, es poco probable encontrarlos en tónicos o limpiadores de estado líquido, ya que no deben ser absorbidos de manera inmediata por la piel. Por ello, la presentación más común en la que solemos encontrarlos es en cremas hidratantes, diseñadas con el propósito principal de, tal como dice su nombre, otorgar a la piel un nivel de hidratación ideal, así como de aumentar su capacidad para retener y alimentarse de la humedad.
Si crees que estos productos se utilizan de formas similares, no conoces las maravillas del limpiador facial de la modernidad. Apréndelas en Cómo usar el agua micelar
Niveladores de PH
Aunque lo más común es encontrar componentes capaces de estabilizar el nivel de PH de la piel, ya sea reduciendo o aumentando este, en todos los productos de belleza y cuidado facial, también existen aquellos que tienen como único propósito esta función. Estos son utilizados sobre todo como tratamiento severo, a diferencia de los tónicos de PH neutro, ya que son necesarios en caso de una desestabilidad de los niveles a causa de enfermedades tópicas, patologías, alergias o eccemas.